Nuestra propuesta reflexiona sobre la capacidad de la arquitectura para
interactuar y dar respuesta al entorno en el que se inserta, un entorno complejo
pero a su vez de gran atractivo y valor.
Con el futuro Edificio Sede y
Centro de Interpretación de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote proponemos la
búsqueda de un nuevo orden espacial de relaciones equilibradas con el medio
urbano, al reducir la capacidad formal del objeto arquitectónico a través de la
limpieza y esencialización del volumen, por un lado en un claro gesto de
integración del edificio en el privilegiado entorno en que se inserta, y por
otro como homenaje a la arquitectura tradicional lanzaroteña, caracterizada por
volumetrías limpias y blancas.
LA RESPUESTA URBANA. SKYLINE, VOLUMETRÍA Y MEDIANERÍAS
El
proyecto da respuesta a una compleja situación urbana. El skyline de Arrecife
presenta un perfil heterogéneo con bruscos cambios de volumetrías en su frente
marítimo que oscilan entre seis y una planta, que dejan importantes paños vistos
de medianeras. La propuesta actúa a modo de “charnela volumétrica integradora”
de volumetrías de los edificios colindantes y resuelve con suavidad el cambio
escala de cuatro a dos plantas mediante retranqueos tanto del plano de fachada
como de su medianera derecha.
El edificio responde al entorno con una
arquitectura limpia y respetuosa, que integra medianeras, se alinea y se
retranquea cuando es necesario, generando cubiertas transitables y no
transitables que resuelven la conexión con las edificaciones adyacentes.
LA RESPUESTA FUNCIONAL. FLEXIBILIDAD Y FUNFIONALIDAD
Las
premisas fundamentales en la resolución del programa arquitectónico son la
flexibilidad y la funcionalidad de los espacios mediante la utilización de dos
mecanismos arquitectónicos. En primer lugar, la estratégica ubicación del núcleo
de comunicación vertical e instalaciones en el quiebro de la parcela en su
medianera izquierda, genera un pinchazo al centro de la misma que ordena con
claridad y limpieza las circulaciones a la vez que permite gestionar el edificio
con el mínimo personal de control. En segundo lugar el trabajo en sección
mediante el vaciado interior del volumen en distintos puntos, generando un
“damero espacial” de dobles y triples alturas que crean nuevos ángulos y
visiones diagonales interior-interior e interior-exterior. El “gran vacío
central” a triple altura sectoriza todo el programa funcional del edificio y se
remata con un lucernario superior que abre el edificio al cielo de Lanzarote.