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"El temor a la muerte no es otra cosa que considerarse sabio sin serlo, ya que es creer saber sobre aquello que no se sabe. Quizá la muerte sea la mayor bendición del ser humano, nadie lo sabe, y sin embargo todo el mundo le teme como si supiera con absoluta certeza que es el peor de los males" (Sócrates, 470 a.C, 399 a.C)

Históricamente encontramos diferentes definiciones de la muerte que nos demuestran como este concepto se ha trasladado desde posiciones más cercanas a la oscuridad, el dolor y el miedo, hacia posiciones vinculadas al concepto de tristeza, cambio y luz.

Proyectar un edificio donde se vivirá posiblemente la fase más desconocida de la existencia humana conlleva necesariamente la asunción de la incertidumbre como concepto a incluir en el proceso de ideación.

Hemos entendido este edificio como un lugar que se resistirá a ser olvidado, quedando en la retina de sus usuarios, y por tanto un lugar donde lo sensitivo tiene que ser controlado. Parámetros como el sonido, la temperatura, la luminosidad, la humedad, la iluminación, la privacidad, la relación con lo natural toman gran importancia.

Frente a ‘lo frágil’, identificable en este proyecto no como una casualidad sino más bien como un encuentro evocado en su interior, la contundencia formal y material de su exterior. El proyecto busca tranquilizar la velocidad en la que vivimos mediante el enfrentamiento de estas dos situaciones contrapuestas: un interior ligero e ingrávido frente a un exterior contundente y pesado.

La parcela se encuentra a las afueras del pueblo, al final de un cul-de-sac, pegada al centro deportivo municipal y detrás de un centro cultural, ambos de gran actividad. Esta situación genera cierta tensión urbana, ya que el edificio se encuentra en medio de diversas actividades con cierta incompatibilidad. Ante esta situación se propone ordenar el conjunto generando un colchón vegetal con suficiente identidad como para erigirse ‘centro’ de todos estos edificios públicos y actividades. Se ha creado un bosque de 29 arces japoneses denso, capaz de articular, diferenciar y limitar los diferentes usos. Un bosque donde estar separado de todas las actividades.

No hemos desarrollado un discurso formal, ni de estilo, ni técnico, ni icónico… solamente hemos trabajado el proyecto poco a poco sin perder de vista cada apreciación anteriormente comentada, haciendo especial hincapié en que no se disuelvan dentro de las conversaciones disciplinares, rescatándolas constantemente y dándoles valor.

Galería realización

Participaciones en arquia / próxima

III Edición 2010-2011
II Edición 2008-2009 [Catalogada]