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La intervención trata de revitalizar un microespacio alrededor del viejo depósito de “El Avellano”, que posee una gran presencia urbana.

El espacio a intervenir  se delimita como una isla; un retal generado tras las actuaciones de “lavado de cara” de la zona con cargo a Plan E, consistentes en renovación y mejora de aceras y asfalto.

La condición de perímetro del depósito y la adaptación a la topografía crea en las esquinas del mismo tres espacios nuevos donde poder estar: “salones urbanos” conectados entre sí por estrechos senderos.

El suelo de la zona se ha mejorado, y lo que es más importante, los recorridos longitudinales y transversales son más efectivos.

Los dos puntos principales del proyecto son los “salones urbanos” y el uso del color.

Por un lado, los tres “salones” donde poder pasear, mirar o descansar. Dos de ellos se sitúan al sur, formando parte del Paseo de General Dávila, y el tercero, en el norte, funciona como mirador hacia las nuevas áreas de crecimiento de la ciudad.

Todos estos espacios degradados se han restaurado y han incrementado su valor, favoreciendo su uso por parte de los vecinos de la zona.

Aparecen grandes bancos, en madera de iroko, diseñados especialmente para este espacio, que permiten a la gente sentarse, hablar, escuchar

Por otro lado se utiliza el color en las farolas y en los nuevos muros de hormigón. Estos muros establecen un interesante diálogo con el orden vibrante de las bandas de color del depósito de agua. Este último se ha convertido en un moderno telón de fondo de la intervención

1º PREMIO CONCURSO DE IDEAS

MENCION ESPACIOS PÚBLICOS XIV PREMIOS ARQUITECTURA COACAN 2010

OBRA SELECCIONADA XI BIENAL DE ARQUITECTURA Y URBANISMO ESPAÑOLA

Memoria investigadora

El concurso se planteó como una actuación de regeneración/integración de un vacío urbano perimetral a un antiguo depósito de agua en servicio, con gran presencia en un entorno residencial con edificaciones en altura.

Con estas premisas el proyecto ha investigado en dos vertientes:

-          el estudio de un LENGUAJE basado en un CÓDIGO GRÁFICO aplicado de dos maneras: por un lado el color ZARZAMORA como hilo conductor de la totalidad de la propuesta, aplicado a columnas de iluminación y a elementos de contención, que a modo de “culebra” delimitan los ámbitos; por otro lado el uso de un “telón” como vestido de los viejos muros del depósito, un código de barras que desmaterializa la fuerte presencia de éste.

-          el análisis de los FLUJOS peatonales,  que conlleva la creación de espacios ESTÁTICOS y DINÁMICOS. En los primeros se reflexiona sobre la fusión del “elemento banco” y el “elemento muro” como LÍMITE del salón urbano con la zona verde. Los espacios dinámicos se configuran mediante elementos procesionales verticales (columnas de iluminación) y grandes losas de pavimento discontinuo que se posan sobre el terreno.

En la materialización de estas ideas subyacen premisas de “LOW-COST” y mínima intervención que, sin embargo, pretenden aportar de manera sigilosa reflexiones sobre este tipo de espacios que abundan en nuestras ciudades.

Galería realización

Participaciones en arquia / próxima

III Edición 2010-2011
II Edición 2008-2009