Bajo un sencillo requerimiento programático de responder a una necesidad de ampliación del local existente hacia uno anexo, se detecta una situación anómala, extraña en la idea actual sobre la noción de biblioteca.
El local original, ubicado en el centro de la ciudad y que presenta un acceso semioculto por una estrecha calle, se desarrolla bajo una idea anacrónica de biblioteca como espacio de reclusión donde se oculta y se custodia la información, evidenciándose igualmente en el exterior este síntoma que, igualmente, genera una carencia de iluminación natural.
La estrategia elegida invierte la idea de biblioteca existente para derivarla en un nuevo concepto de biblioteca, contemporánea, abierta a múltiples conexiones culturales donde el espacio diáfano se exhibe y se expande al ámbito exterior para hacerlo partícipe, facilitar su localización y acceso, mediante un progresivo estudio en la inserción de la envolvente en el conjunto del edificio.
Así, una vez disponible el local anexo a diferente cota para su ampliación, se propone una nueva envolvente de vidrio que recorre el perímetro del nuevo local generado, recualificando igualmente la galería peatonal del edificio como espacio urbano de conexión entre dos calles con diferentes condiciones e inconexas por la extensa manzana.
Además de provocar ésta transformación conceptual interviniendo como fachada anuncio, se solucionan los evidentes problemas de iluminación existentes en los locales originales, lo cual resulta factible dada las orientaciones de los mismos.
La elaborada piel una vez replegada por el exterior, se continúa hacia el interior con otro material, por un extremo como una extensa estantería que se asocia a la rampa necesaria, y por el otro como un muro grueso que aloja las zonas de servicio, ejerciendo de charnela con la medianera ambas secuencias interiores.
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