El espacio donde actuar se enmarca dentro de los límites urbanos de la población de Tavernes de la Valldigna. Pero no significa que sea un espacio suburbano, sino que por el contrario pertenece a un fuerte entorno natural. Una antigua traza de explotación agraria abancalada llena de naranjos, una montaña rocosa en su lado norte y al sur, el valle. Vistas, orientación en este enclave resultan importantes. Se plantea trabajar con el desnivel de la parcela en su dirección norte- sur, y un proyecto, donde los propios bloques en los que se decide fragmentar el programa van salvando los distintos niveles sobre los que se articula la propuesta definitiva. Trabajar con un sistema semi-abierto, anclándose a los niveles del terreno y buscando la transparencia de cada una de las piezas con el entorno. Trabajar generando los límites físicos de la parcela con el propio edificio y caracterizar los espacios abiertos en diferentes niveles. Cierre exterior y fuertes conexiones interiores y con el paisaje.

En la configuración final del proyecto tiene una gran relevancia la definición estructural. Trabajar con la métrica estructural, su forma, la definición de sus límites, la formalización y jerarquización de los distintos espacios, trabajando con el plano del techo como elemento configurador del espacio o con los paramentos verticales.Por eso se opto por una ley estructural que defina por un lado todos los espacios de circulación como elementos bidireccionales –losas- y los espacios de trabajo con un sentido unidireccional mediante la colocación de placas pi o doble t. Todo ello sustentado sobre una estructura exenta porticada de pilares de hormigón. Los muros de hormigón definen las cajas de escaleras (eje transversal) y las circulaciones transversales de la propuesta así cómo los límites con la parcela.