Grant 2016
Mode:
Tender
| Destination: Alberto Campo Baeza | Internships: 03/2017 - 08/2017
El primer día que llegué al estudio dirigido por Alberto Campo Baeza me sorprendió gratamente la distribución del mismo. Todos los trabajadores estábamos en un mismo espacio trabajando codo con codo con Alberto en un despacho de dimensiones modestas, pero de obras bajo mi punto de vista de una calidad enorme.
El despacho está formado por 7 arquitectos, 2 de ellos Nacho y Alejandro son los veteranos, los que más años llevan al lado de Alberto y los que lideran los proyectos y organizan las tareas del resto del despacho siempre bajo la supervisión de Alberto.
El resto de integrantes del despacho María, Tommaso y Elena no solo colaboran en la realización de los proyectos arquitectónicos, también se reparten el resto de tareas propias de un despacho de arquitectura formando un equipo perfectamente coordinado.
En el despacho se respira la pasión por la arquitectura, esta pasión se traduce en un trabajo donde el perfeccionismo toma el protagonismo y la cantidad permanece en un segundo plano. Cada uno de los proyectos de Alberto esta desarrollado y pensado al detalle, su manera de trabajar es casi como una sana obsesión donde a base de ensayo y error se van definiendo cada uno de los componentes de su obra. Esta manera tan minuciosa y detallista de trabajar es uno de los grandes valores que me llevo conmigo.
Alberto está en el despacho diariamente combinando las clases en la universidad con la actividad del despacho. Presente y controlando todos y cada uno de los aspectos de los proyectos. De trato muy cercano las correcciones con él son diarias. ¡Un privilegio vamos!
En conclusión han sido 6 meses llenos de nuevas experiencias y todo un privilegio compartir la pasión con la que se vive la arquitectura en el despacho de Alberto Campo Baeza.
NATURALEZA ENCERRADA. “Transitar entre lo terrenal y lo espiritual”.
¿Cómo propiciar a través de una construcción humana la transición de lo terrenal a lo espiritual?
En el entorno específico del proyecto “Canòpia Urbana” en la nueva Plaza de las Glòrias la naturaleza y la masa arbórea desempeñan el papel protagonista.
La intervención se presenta al visitante como un plano de terreno que se ha elevado del substrato y vuela.
La transición entre lo humano y lo divino requiere de un proceso inductivo en el que el visitante se aleja de la realidad cotidiana de la ciudad e inicia un viaje hacia lo desconocido.
El recorrido, se divide en diferentes fases (círculos radiales) donde el visitante será sometido a una serie de atmosferas que le producirán diferentes estados sensoriales.
La primera fase, consiste en adentrarse en el subsuelo del parque, donde el visitante percibirá el entorno y las actividades de la gente que se encuentran en el parque de una forma diferente (permite ver pero no ser visto).
En el segundo círculo el visitante quedará inmerso en la penumbra. La relación con el entorno exterior en este nuevo espacio desaparece por completo guiando al visitante hacia la luz que anuncia la llegada al espacio central.
En este espacio central finaliza el viaje de peregrinación, se revela el elemento central del proyecto. La luz penetra filtrada por las hojas de un gran árbol que te conecta de nuevo con la naturaleza del parque y te hace, ahora más que nunca, tomar consciencia de ella.
En resumen, el vacío contenido se convierte en una herramienta dual que conecta y a la vez encierra: la naturaleza y lo divino con lo construido y lo terrenal.