Arquitectos
ER arquitectos
JESÚS ESTEPA RUBIO, arquitecto colegiado nº 366 del C.O.A. Jaén
ANTONIO ESTEPA RUBIO, arquitecto colegiado nº 365 del C.O.A. Jaén
DANIEL SÁNCHEZ MESA, arquitecto colegiado nº 1485 del C.O.A. Málaga
JOSÉ ALBERTO ORERO VIGARAY, arquitecto colegiado nº 512 del C.O.A. Jaén
La fuerza del emplazamiento, caracterizada rotundamente por el paso no tan lejano del río Gállego, se quiere hacer notar en la propuesta. Optamos por hacer bueno un arquetipo que reinterpreta a las construcciones de explotación agraria local, que en algunos casos a modo de invernaderos y en otros casos como naves de aperos, definen una coyuntura tipológica que hacemos nuestra y que posibilitan la diferenciación de esta nueva infraestructura con respecto a la aglomeración dispersa que se da en el Campus Universitario y el Complejo Polideportivo Municipal.
REFERENCIAS CONTEXTUALES. INSERCIÓN PAISAJISTICA
Nuestro proyecto, a diferencia de los edificios existentes, pretende la mínima incidencia visual en el paisaje, evidentemente desde las perspectivas lejanas del cauce del río y del paso del trazado ferroviario, pero también desde el propio vial de acceso rodado al Campus. Delineamos un edificio de tan sólo planta baja y una planta alzada, cuya integración con el grueso arbóreo de la urbanización podría ser posible de forma natural, sobre todo en la época de florecimiento de las caducifolias, pero también a partir de la otoñal imagen cambiante donde las ramas desnudas de los árboles se van confundiendo con la piel que viste el edificio.
DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA. PROGRAMACIÓN
Planteamos un edificio compacto resuelto en dos niveles, cuya configuración formal resulta del estudio y aplicación del mejor rendimiento funcional, tanto a nivel particular como en relación con los edificios existentes en el Campus.
La disposición de la planta resulta de la comprensión de dos situaciones; primera, del hecho de que la conexión natural con los demás edificios se resolverá de forma tangencial a éstos, es decir, que el flujo de movimiento real que habrá de afectar al nuevo equipamiento es sensiblemente paralelo al vial de llegada; segunda, que debe permitirse la entrada y salida de forma inmediata y ágil en el sentido transversal al de la ocupación en planta, tanto para favorecer el ingreso en las horas punta como para permitir una fácil evacuación en caso de emergencia.
La configuración volumétrica ha sido pensado desde una escala intermedia que pone en relación directa a la instalación con el usuario, por ello se ha articulado una liberación de la planta baja que permite la relación de los ocupantes del edificio de una manera diferente a la derivada del simple cruce casual entre pasillos. Así predomina en este nivel una organización lineal, conformada por dos franjas de programa (esencialmente administrativo y biblioteca), que hacen posible dar forma a un espacio semi-exterior, expuesto a la intemperie, cubierto, iluminado cenitalmente y dotado de tapices vegetales próximos, que en esencia, viene a proponer un lugar con capacidad para “humanizar el tiempo del trabajo/estudio” otorgando un entorno de características para la relación actualmente inexistentes en el Campus.
Los materiales de la planta baja, en aras de viabilizar lo expuesto, son transparentes o translucidos, reflectantes y ligeros, incorporando además al catálogo especies vegetales de tamaños intermedios que permiten redibujar las perspectivas del interior de acuerdo con una “lógica verde universal” que hace real el ideal del “Green Campus”, llevándolo más allá de una imperceptible programación administrativa e incluso constructiva (resuelta a base de costosas maquinarias e instalaciones).
Por su parte la planta alta ha sido enhebrada desde la eficiencia en el funcionamiento de los contenidos, pues es aquí donde se ha dispuesto el grueso del programa educativo y en donde la ocupación del edificio se maximiza. Frente al concepto de planta baja libre, trabajamos ahora con la idea de una planta alta basada en el alto rendimiento de los programas; es por ello por lo que aparecen distintos tipos de aulas, pensadas para distintas situaciones, en donde el espíritu de la flexibilidad impera en su organización y agrupación (bien con el empleo de tabiquería móvil o bien con la redistribución de las particiones). La circulación se lleva hasta las fachadas para constituir avenidas interiores abiertas al paisaje, lo que propicia que la imagen de la Vega del Gállego se torne en un telón de fondo instantáneo y repentino a la salida de las aulas, toda vez que los interiores de los espacios participen también del vacío inferior, como se ha dicho, con una clara vocación pública.
JUSTIFICACIÓN CONSTRUCTIVA. MATERIALES Y ENERGÍA
La construcción del conjunto queda caracterizada por la diferenciación en dos fajas que permiten programar la ejecución en dos momentos diferenciados, naturalmente cada uno de ellos referenciado a un paquete funcional concreto. Esta idea, que se comprende visualmente bien a estudiar la planta baja del edificio, adquiere mayor significación en la planta alta, pues no en balde ésta se puede comprender globalmente como un anillo en donde se van adhiriendo los distintos programas a los que se pretende responder.
A nivel estructural, la edificación quedaría resuelta con muros aéreos de hormigón (que formarían un primer orden de elementos soportantes) sobre los que se irían calzando estructuras horizontales de grandes luces; bien a partir del uso de losas alveolares de hormigón pretensado o bien a partir del empleo de estructuras trianguladas conformadas por perfiles metálicos.
La inercia propia de la sección del edifico nos da pie a poder acomodar elementos de suficiente dimensión como para aliviar la planta baja de apoyos puntuales independientes, lo que sin duda redunda en poder tener espacios mucho más flexibles en donde la compartimentación puede ir variando de acuerdo con las necesidades reales que se demanden para el edificio a lo largo de toda su vida útil.
Este modelo constructivo posibilita además el que podamos encajar los equipos de acondicionamiento térmico en espacios que teniendo condiciones óptimas para su funcionamiento no interrumpen la organización programática del conjunto, o lo que es lo mismo, al disponer su localización en sección y no en planta, conseguimos una mejor repercusión entre superficie útil y construida en espacios destinados a instalaciones.
A nivel material, se ha hecho un esfuerzo importante en la optimización de la paleta de materiales a emplear en la ejecución, de forma que a pesar de las distintas demandas y requerimientos que se dan sobre el edificio (fundamentalmente las energéticas) se ha resuelto toda la configuración de envolventes a través de la disposición de chapa plegada, horadada o no, que permiten una protección pasiva del conjunto a través de la generación de sombra arrojada sobre la capa de mayor inercia térmica, además de generar una primera cámara de aire que permite la circulación de flujos térmicos diferentes.
A nivel energético, la construcción se posiciona en intentar agotar todas las medidas pasivas disponibles, en donde la más importante de ellas es la construcción de un “patio en forma de brecha a cielo abierto” que además también lo está en planta baja, lo cual hace viable una circulación constante del flujo de aire exterior, que en verano permite un descenso cuantitativo de la sensación térmica gracias al empleo de la “autosombra” y a la presencia de vegetación y arbolado, y que en invierno sirve además como resguardo y cobijo frente al fuerte cierzo dominante en el lugar.
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