Bolsa 2021
Modalidade:
Concurso
| Destino: Alberto Campo Baeza | Prácticas: 11/2021 - 04/2022
Todo comenzó un 1 de Noviembre de 2021...
Con los nervios del primer día y la ilusión de quién se dirige a uno de los sitios en los que nunca imaginó estar , pero siempre deseo, me puse en marcha desde la Calle tres peces hacia el estudio de Alberto Campo Baeza en MADRID, 15 minutos que disfrutaría cada día durante 6 meses.
Alberto me recibió con los brazos abiertos, su equipo inmejorable lo hizo de igual manera. Desde el primer momento supe que se convertirían en una gran parte de mi historia y que me acompañarían en esta gran etapa de crecimiento, profesional y personal.
Muchas cosas han pasado en estos 6 meses; lecciones que nunca olvidaré, viajes increíbles y compañeros que se convertirían en amigos.
No sólo se aprende buena arquitectura, que sin duda es eje vertebrador del estudio... hablar sobre arte, música y cine, será una actividad más, un no dejar de aprender NUNCA.
Ahora, echando la vista atrás, recordando mi estancia en Madrid sólo puedo sentirme muy afortunada, trabajar codo con codo con gente tan extraordinaria, personal y profesionalmente, ha sido un auténtico lujo.
No he dejado un área de mi vida sin replantear; un trabajo lleno de maquetas, dibujos, imágenes y mucho sentido común.
Sólo puedo dar las GRACIAS a Alberto, por sentirme como en casa, trabajar a tu lado y escuchar cada día las lecciones más bonitas que nunca soñé tener.
GRACIAS , al equipo; María, Alfonso, Nacho, Alejandro y Tomasso, por enseñarme TAN bien.
Por último GRACIAS a la Fundación Arquia, por la increíble oportunidad.
Yasmina Engenios.
La comunidad se presentaba como un conjunto de escenas que fomentaban el espacio común, la forma de vida colectiva o los intereses compartidos; mediante vitales azoteas, enormes zaguanes, y sobre todo , un gran patio abierto al cielo, en el que todo y todos confluían...
...una atmósfera en la que la mezcla de olores a café, flores, humedad y salitre, junto a las puertas abiertas, retaban el límite entre lo privado y lo compartido; y ponía en aprieto al concepto de intimidad, avivando el ruido de los gritos de los niños jugando, o las llamadas a través del espacio continuo, a Bárbara, a Montserrat, a Ramón, a Joan, a Marion ... o a cualquier otro,
porque seguías en casa.