"Doy gracias a la arquitectura porque me ha permitido ver el mundo con sus ojos." (Rafael Moneo)

"No hay mayor dolor en el infortunio que recordar el tiempo feliz." (Dante Aliguieri)

Dos frases a primera vista muy dispares, dos conceptos aparentemente contrapuesto, pero que representan el espíritu del proyecto. Representan la necesidad de utilizar la arquitectura como arma de doble filo, como arte que signifique una penitencia para los culpables, y un gozo para los puros. Una arquitectura que permita experimentar un SUFRIMIENTO Y UN PLACER.
Ante esta necesidad y la obligatoriedad de que los "encarcelados" y los visitantes se puedan ver, se plantea una solución que simboliza al "PURGATORIO". Lugar de tránsito con el que obtener la salvación, alcanzar el paraíso mediante el ascenso, donde cada paso te sitúa más cerca de tu propia liberación. De esta manera se consigue la experimentación de diversos tipos de espacios:

Espacio de RELACIÓN entre los penitentes y los visitantes, de mutua visión, pero desde distintos lugares, los primeros desde celda, y los segundos desde un lugar de tránsito en el ascenso.
Espacio de relación entre los propios penitentes, a través del espacio interior, LUGAR COMÚN QUE REPRESENTA LA SALVACIÓN.
Un LUGAR INDIVIDUAL, personal para cada uno de los culpables, así como lugar de MEDITACIÓN y PURGA, un lugar donde poder pensar, sobre sus pecados y sentirse culpables, a través de la inmensidad del vacío, la nieve y el sol que pueden observar permanentemente.
Espacio último de salvación, de liberación de emociones y sensaciones, donde el vacío reinasobre todo lo demás y permita disfrutar de la vida, como final del tránsito ascendente.