La investigación estudia las transformaciones efímeras del espacio público de Sevilla a través de los ritos, fiestas y acontecimientos recogidos en las crónicas históricas desde la conquista cristiana hasta finales del siglo XIX. Estos pliegues escénicos se materializan en procesiones, altares efímeros, recibimientos reales, autos de fe, ferias, veladas o motines revolucionarios que condicionan –a la vez que se ven condicionados- por los espacios donde tienen lugar. Entendidos como proyectos de arquitectura y urbanismo, estos eventos son por primera vez recopilados y dibujados, aportando una colección de cartografías inéditas que dibujan una ciudad inalcanzable y a la vez permanente gracias a la celebración periódica del rito.
Los relatos de cuatro cronistas –Diego Ortiz de Zúñiga, Justino Matute y Gaviria, José Velázquez y Sánchez y Alejandro Guichot y Sierra- son la fuente principal de consulta, extractando cada referencia a ocupaciones festivas del espacio público, siendo posteriormente traducidas al plano con herramientas de dibujo asistido. Se han recopilado más de 500 ocupaciones efímeras, en las que se verifican hipótesis como el uso de la Catedral de Sevilla como plaza cubierta para la celebración ecuménica, la configuración del gran teatro barroco entre las plazas de San Francisco y del Duque de la Victoria, el florecimiento escénico durante el Lustro Real, el viraje antropológico hacia las fiestas populares silenciadas hasta el siglo XIX o la resistencia simbólica y formal de las procesiones religiosas en un contexto globalizado.
Estableciendo comparativas con la ciudad de Roma, con el modelo americano colonial o con las lógicas desarrollistas contemporáneas, la investigación defiende la singularidad de Sevilla como un microcosmos de deseo, en el que el uso del espacio público queda regido por la fiesta que, proyectada o improvisada, jalona el tiempo y el espacio de la ciudad. A pesar del relevo cultural desde la religiosidad sistémica al estado laico, las formas del rito permanecen con más solidez que su propia arquitectura. Una ciudad en continuo “tiempo extraordinario”, en el que los meses ordinarios toman el nombre de vísperas, quedando igualmente condicionados por la cercanía o lejanía de la fiesta.
La matriz mayoritariamente tradicional de estos fenómenos es abordada desde una perspectiva universal y atemporal: a través de la experiencia de viajeros, artistas y escritos que recorren Sevilla, se indaga en la capacidad de esas ciudades efímeras de aportar recursos contemporáneos a autores centrales del pensamiento cultural del siglo XX, como el músico norteamericano John Cage, el arquitecto italiano Aldo Rossi o el artista multidisciplinar Constant Nieuwenhuys. Estas transferencias entre tiempos y espacios conducen a la concreción de un paradigma atemporal en la ocupación del espacio público sevillano, capaz de proyectarse tanto en el urbanismo festivo americano como el arte performativo actual. El trabajo completa un vacío detectado en los estudios urbanos locales, entendiendo la fiesta y el rito como acontecimientos indisolubles de la arquitectura que los acoge y proponiendo la definición de una nueva tipología de espacio público transitorio.