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El proyecto atrapa el vacío consolidado a lo largo del tiempo mediante una nueva cobertura cerámica que limita la intervención de nueva planta. La cubierta eriza su perfil para encontrar la luz por encima del muro perimetral, el edificio se encrespa buscando su reflejo en la multitud de cubiertas cerámicas que van remontando la loma de Medina Sidonia.
ESCUELA DE HOSTELERÍA EN EL ANTIGUO MATADERO DE MEDINA SIDONIA
Intervenir en la ciudad histórica tiene algo de acodarse, de instalarse, de cobijarse en los huecos y porosidades consolidados a lo largo del tiempo. La densidad de la arquitectura del matadero: muros, patio, piedras y las columnas desplazadas del templo fenicio de Hércules-Melcart donde ataban a las reses, contrasta con el espacio potencial existente definido por el muro perimetral que ha permanecido vacío durante años como lugar de llegada del ganado, callejón de sacrificio y corral de porcino y vacuno. El proyecto propone atrapar dicho espacio mediante una nueva cubierta cerámica que limita la intervención de nueva planta, clarificando y consolidando el ámbito original de la construcción del matadero. La cubierta, confinada entre los muros perimetrales, permite iluminar el espacio entre muros y se encrespa para albergar la cocina de la escuela de hostelería, salpicada por patios que funcionan como chimeneas de ventilación y como grandes maceteros de especies culinarias, mientras, en las naves del matadero se sitúan los comedores didácticos abiertos al patio principal, liberadas ya de las construcciones adheridas a lo largo de los años. La nueva cobertura, revestida de cerámica cocida, eriza su perfil buscando la luz y su reflejo en la multitud de cubiertas que van remontando la loma de Medina Sidonia.