El edificio consta de 2 aulas de infantil, 4 aulas de primaria, un gimnasio y un comedor para 100 alumnos en dos turnos, más todos los espacios docentes asociados ( biblioteca, aula de informática, administración , salón de actos...). Se prevé también la futura ampliación consistente en un aula de infantil y dos aulas de primaria.

Nuestro proyecto pretende responder al paisaje que lo rodea definido por dos topografías diferentes: por un lado el plano horizontal de la huerta oriolana, en donde se apoya el edificio, y por otro la omnipresente montaña que en la orientación norte la delimita. La volumetría del edificio recoge esta dualidad fragmentando los distintos volúmenes que lo componen para reconocer con este mecanismo el perfil de las montañas a las que se abre.

La disposición de estos espacios responde a la mejor relación funcional interna entre ellos y a criterios de respuesta a la orientación solar. Por ello el bloque de infantil se orienta al sur mientras que el resto de programa se sitúa en la orientación este –oeste en perpendicular al anterior. El patio de primaria definido por estos volúmenes se abre hacia las montañas de Orihuela potenciando de esta manera su protagonismo en el paisaje. La estricta climatología del lugar nos ha llevado a intensificar los esfuerzos en los aspectos del control de soleamiento conseguido un confort térmico interior considerable lo que ha derivado en una reducción considerable en  el consumo energético del edificio. Para ello se han seguido las siguientes estrategias:

-Control de la incidencia solar directa por medio de porches y toldos extensibles de lona en las aulas de infantil y sus espacios exteriores asociados; y celosías de perfiles de aluminio en la orientación oeste y este. Esta celosía deja algún hueco mayor puntual se focaliza el paisaje desde los interiores de las aulas.

-Porches de considerable dimensión para que los alumnos puedan jugar en zonas de sombra. 

-Ventilación cruzada en todas las aulas.

Los materiales que se han utilizado están escogidos con criterios de mínimo mantenimiento y máximo confort visual. Así tenemos ladrillos caravista de color blanco, suelos de terrazo micrograno blanco y negro, empanelados de formica, falsos techos de escayola o de virutas de madera ( en aquellas zonas donde la contaminación acústica es mayor como en el gimnasio y el salón de actos). Materiales que cromáticamente  no compiten para conseguir una sensación visual que favorezca y estimule el aprendizaje de los mas pequeños.