El reto planteado por los clientes supuso convertir lo que en su inicio eran dos pisos vecinos y desconectados en un único espacio abierto y flexible para una pareja. Se trataba de eliminar todo lo innecesario para dejar rienda suelta a un gran distribuidor que, a modo de gran corredor-organizador, lograra conectar todas las estancias del proyecto.

Las dos viviendas constaban de un programa muy similar, el objetivo del proyecto, por tanto, era resolver no sólo la unión de ambas sino todo el espacio como una única vivienda flexible, abierta, conectada, permeable. La zona de día se reservaría a los espacios exteriores más importantes, con las vistas predominantes. La zona de noche para los rincones más íntimos de la casa, así como con conexión directa con la terraza del bloque, de tal manera que pudiéramos aprovecharlo como ático.

Igualmente, la materialidad del proyecto merece especial atención. Como se ha comentado, un laminado HPL de tono dorado va articulando todo el espacio, conectando los espacios “públicos” de la vivienda. Este acabado nos permitía dotar a la vivienda con unos reflejos y efectos que, especialmente al incidir la luz del día o con la luz artificial por la noche, conferían de una especial vibración al espacio. Por otro lado, debe destacarse el elemento del suelo, que a modo de laminado de madera en forma de espiga no sólo concede uniformidad y sentido al ático, sino que nos conduce hacia cualquiera de las estancias más privadas de éste.