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Carlos Freire de la Corte

Arquitecto
E.T.S. A - Barcelona - UPC
BARCELONA | ESPAÑA

‘Para disfrutar de la arquitectura hay que viajar con la imaginación, hay que volar con la fantasia’
La buena vida, Iñaki Ábalos

Supe que me gustaba la arquitectura cuando empecé a sentir una curiosa emoción observando edificios, exposiciones, cuadros…
¿Pero cuando comencé a experimentarla? Lo mío no fue innato. Aprendí (me enseñaron) arquitectura, y desde entonces me tiene enganchado.
¿Que pasó? ¿Qué sucedió que provocara que me interesara tanto?
Fue al conocer y recorrer el proceso creativo.

Un buen día nos presentan y el proyecto y yo nos convertimos en dos compañeros de viaje.
Al principio me muestra sus ideas, muchas puertas, sus miedos, sus limitaciones. Y entonces conversamos, discutimos, nos echamos los trastos a la cabeza, nos obsesionamos hasta que encontramos un camino, una idea que empezamos a construir.
Se crea un ambiente lo suficientemente flexible para que los dos nos sintamos cómodos, donde hay entendimiento y cierta coherencia. Aunque he de reconocer que él tiende a dirigirme. Y a partir de ahí empieza el goce. Es en ese momento cuado la angustia cede y da paso al deseo. Ya no existe el tiempo ni el esfuerzo. Ya sólo disfrutamos…
Pero un buen día el camino se acaba. Ya está construido. Y uno siente mucho orgullo de lo aprendido. Y se lo enseña a familiares y amigos. Y quiere presentarse a todos los concursos, premios, aparecer en todas publicaciones…
Y entonces me presentan a otro proyecto y empieza otro camino.
De vez en cuando alguno viene a tu recuerdo, y entonces vas a verlo para seguir sorprendiéndote con las cosas que aún te enseña.

A quien experimenta este viaje difícilmente le pasa inadvertido la arquitectura.
Porque entonces uno también es capaz de imaginar lo divertido que ha podido ser el recorrido de otros caminos.