Éste es un proyecto con proceso, con tiempos y trabajos realizados en equipo. Tal vez lo interesante de este proceso es que se conjugan un proyecto de urbanización, un proceso participativo inserto dentro del proceso proyectual, y todo ello en un barrio con una especial necesidad de mimo en el espacio público.

La plaza Corazón de María ha vivido una proceso de reconstrucción a varios niveles, en varias capas. Todo empezó hace más de diez años con una excavación para la construcción de aparcamientos. Al encontrarse los restos arqueológicos del convento franciscano del siglo XVI se desestimó el aparcamiento y se planteó integrar las ruinas en la urbanización de la plaza. Para la intervención en el espacio con una visión lo más global y completa, el Ayuntamiento de Bilbao propuso un concurso de ideas entre los estudios de arquitectura situados en el propio barrio, asumiendo la idiosincrasia de la zona y la complejidad del reto. De esta forma, el Ayuntamiento reconocía la necesidad de que el equipo que trabajara el proyecto estuviese cercano a la rica y compleja realidad del barrio: precariedad económica, droga, prostitución y una creciente multiculturalidad en las calles y los nuevos negocios que se crean.

 Al inicio del proceso, la plaza era un lugar “a evitar”. El imaginario del barrio asociaba la plaza con coches aparcados por doquier, consumo de droga en la vía pública y delincuencia.

El concurso se desarrolló en dos fases entre 2008 y 2009. Tres de las arquitectas de HK participaron en un equipo más amplio que se encargó de plantear en una primera fase de concurso una propuesta basada en el control visual en el espacio, la apertura de la plaza a la calle, comunicación visual con Casco Viejo, eliminación de accesos rodados permanentes, especial atención a la iluminación, generación de múltiples zonas de estancia para compatibilizar grupos y usos simultáneos, etc. Con estas ideas se pasó a la segunda fase de concurso y se ganó el proyecto para la urbanización de la plaza.

Previo a la redacción del proyecto de ejecución de urbanización de la plaza, se desarrolló un proceso multidisciplinar de investigación social participativo coordinado por HK. Esta intervención recurrió a distintas técnicas y herramientas de intervención social, trabajando con el vecindario y los agentes institucionales e informales del barrio. Dentro de este proceso destacaron las presentaciones abiertas a distintos colectivos y al vecindario, la celebración de una consulta en el marco de una jornada festiva en la propia plaza y los espacios de trabajo en talleres y mesas técnicas sectoriales (asociaciones, técnicos municipales y gestión cultural).

El resultado es un proyecto que suma intereses municipales, recursos existentes, participación ciudadana y un proceso deliberativo. Como devolución y respuesta a la participación ciudadana, las conclusiones tuvieron un reflejo directo en el proyecto de ejecución: aumento de presencia de espacios verdes, ausencia de mobiliario junto a las fachadas de las viviendas, acercamiento de la entrada del centro cívico a la calle San Francisco, generación de un amplio espacio libre que facilite el desarrollo de eventos socio-culturales, estudio de cubriciones temporales, iluminación especialmente trabajada, la ubicación de los contenedores de basura o la entrada de bomberos.

La plaza se inauguró en julio de 2011 con la VIII edición de Arroces del Mundo, una fiesta popular a la que asistieron más de 2.000 personas. Actualmente la plaza se usa día y noche por todo el vecindario, se desarrollan conciertos y mercadillos y vuelve poco a poco a ser el corazón del barrio.

Este proceso se desarrolló en colaboración con las instituciones gestoras del proyecto de la plaza: Bilbao Ría 2000, área de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao, la Oficina del Plan Especial para San Francisco, Bilbao la Vieja y Zabala, Bilbao Arte y el servicio de Patrimonio Cultural de la Diputación Foral de Bizkaia.