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En este concurso nos enfrentábamos a un programa complejo: administrativo, docente, residencial (para la estación de  Bomberos) y deportivo-maniobras. Por otro lado, pesamos en como se relacionaban todos estos usos con el entorno y la percepción del entorno sobre los usos que se iban a incorporar.

La implantación de la edificación, viene regida  por las leyes internas del uso y funcionamiento del edificio además de insolublemente unida a las características físicas del enclave que se convierte en el instrumento capaz de configurar  y formalizar  el proyecto. Ante el problema planteado se ha buscado lograr la compacidad, “realidad de doble filo: el entorno y un mundo interior autónomo”. El trabajo realizado ha sido de ajuste progresivo, contrastando las líneas de estudios, con los objetivos funcionales y operativos marcados por los propios equipos técnicos, intentando comprender la importancia del tiempo, de los segundos, que pueden ser decisivos en una intervención de urgencia, donde las personas que la realizan, entrenan y estudian meticulosamente cada movimiento  para estar preparados y alerta, y en esta línea hay que entender la concepción del edificio, en el que cualquier decisión estará dirigida para facilitar la celeridad de acción y agilidad funcional, y que sin la cual, carecería de sentido cualquier decisión que se tomase.

Por un lado, se toma como punto de partida la salida de los vehículos de urgencia lo más próximo posible a la rotonda, ya que esta es la que ofrece más alternativas de direcciones y caminos distintos. Esto también condiciona la ubicación del campo de entrenamiento, que debe dar a esta salida de forma inmediata.

La edificación se dispone en torno al campo de entrenamiento, abrazándolo  al Norte, en su cota más alta, produciendo una fachada urbana, dando identidad al conjunto y liberándolo en la parte mas baja del solar, en la zona Sur, donde el campo de entrenamiento  y los angares se funden con el terreno suavizando su impacto y provocando una transición hacia los espacios libres urbanos que se extienden hacia esta orientación. Al Este, la edificación que ha pasado a tomar formas volumétricas concretas,  acompaña con gestos de fugacidad a la salida de los camiones y servicios de urgencia. Entre las dependencias ancladas al  terreno a cotas mas bajas  y los volúmenes edificatorios en las superiores, se desarrolla un continuo-discontinuo, espacios privados y públicos entrelazados que permiten las comunicaciones y acceder a los servicios generales del la edificación.

Los volúmenes emergen como cuerpos independientes en las planta más altas permitiendo la orientación visual del visitante y del usuario que podrá relacionar las piezas administrativas de los tres servicios, y podrá gozar mientras se dirige a ellas de zonas libres con calidad paisajística y arquitectónica.

El proyecto aparece como el modo de dar cobijo a movimientos de distintos ritmos, unos pausados y contemplativos y otros exactos y orientados a una forma estudiada de moverse coordinadamente en un determinado lugar, a una coreografía establecida y unos movimientos cronometrados en prácticas.
Estos movimientos se insertan en el territorio adaptándose a la lógica de la topografía existente. Movimiento y paisaje se hacen cómplices.

Galería realización

Participaciones en arquia / próxima

III Edición 2010-2011