Esta ha sido, literalmente, la reforma de nuestra vida. Desde que decidimos comprar una vivienda tuvimos claro que sería una vivienda para reformar. No podía ser de otra manera siendo los dos arquitectos. Tras varios meses de búsqueda, encontramos una que cumplía nuestros requisitos: ubicación céntrica, orientación sur, en una planta elevada y con un pequeño espacio exterior. Partiendo de esta base, creamos una vivienda completamente adaptada a nuestras necesidades.

En la nueva distribución priorizamos claramente la zona de día, donde pasamos la mayor parte del tiempo. Cocina, salón y comedor están claramente diferenciados, pero integrados en un único espacio, amplio y luminoso, conectado con el exterior a través de un gran ventanal, que es posible abrir por completo, y con las ventajas de la ventilación cruzada.

La estantería en esquina es la pieza más especial de este espacio y sirve de enlace entre el salón-comedor y un pequeño estudio, que tan bien nos está viniendo en estos días de teletrabajo. Y es que, esta situación que nos ha tocado vivir, y en especial el confinamiento de estos últimos meses, no ha hecho más que confirmar la importancia de que las viviendas cuenten con un buen diseño arquitectónico.