El proyecto contempla la rehabilitación y ampliación en una nueva planta de un inmueble original de 1960 compuesto por cuatro plantas de altura y situado en pleno casco histórico de Cartagena.

A pesar de no estar catalogado, el que era el antiguo Hostal Esteban, con su planta triangular achaflanada y su peculiar composición de fachada, constituye un edificio singular de la ciudad, que forma parte ya de su memoria. Como consecuencia, y una vez descartada su demolición, la intervención opta por la rehabilitación del inmueble original a través de la recuperación y conservación de sus cualidades arquitectónicas, poniendo en valor sus características únicas y aprovechando para revitalizar, no sólo el edifico, sino también el área urbana circundante, bastante degradada en la actualidad.

A nivel formal, el proyecto se concibe como una intervención unitaria y continua, pero resuelta en dos estratos diferenciados y complementarios:

Por un lado, el tratamiento de la fachada original se concibe como restauración, buscando mantener la imagen característica del edificio, pero liberando al conjunto de adornos superfluos. En este sentido, se ha optado por conservar la fachada existente, manteniendo la composición actual de macizos y huecos, con predominio de la verticalidad en los huecos exteriores y su alineación respecto a su eje, el diseño diferenciado de la planta baja como basamento del edificio y un remate a modo de cornisa.

Por su parte, sobre la construcción original se levanta un volumen de nueva planta con una presencia diferencial, que busca mantener el valor intrínseco del edificio histórico, pero dotándolo de una presencia actual. Así, la composición de la nueva fachada se adapta a las trazas compositivas del edificio existente, manteniendo la proporción vertical de los huecos, con un claro predominio del macizo sobre el vano, y un uso de materiales, colores y texturas en concordancia con las tipologías del entorno próximo, pero desde una perspectiva actualizada y menos rigurosa. En este sentido, cobra especial importancia el revestimiento de piezas cerámicas tridimensionales que componen la nueva fachada, generando una imagen continua y respetuosa a la vez que contemporánea y reconocible.

Junto a la ampliación, el programa de necesidades contempla la reforma interior del conjunto del edificio para su adecuación al nuevo uso residencial privado. La planta baja se mantiene para uso comercial, quedando ocupadas el resto de las plantas por dos viviendas por planta, con dos dormitorios cada una, excepto la última, ocupada por una única vivienda de tres dormitorios. Así mismo, y con el objetivo de mejorar las condiciones de accesibilidad general del edificio, el proyecto contempla la instalación de un ascensor aprovechando la existencia de un antiguo hueco existente.

El resultado es un edifico singular, fruto del reciclaje del espacio definido por la estructura del edifico original; un edificio adaptado al lugar, funcional y energéticamente eficiente, conseguido mediante un proceso más sostenible que si se tratase de un edificio de nueva planta.