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JM55 es un proyecto de reforma de una vivienda sin divisiones entre los espacios que componen la vivienda, disolviendo los límites de los usos asociados a cada uno de ellos. Un núcleo central integra todas las instalaciones de la casa, siendo el aseo el único elemento que puede ser aislado completamente. El resto de materiales, usos y habitaciones se combinan y contaminan entre sí, de modo que los inquilinos duermen en el baño o se duchan en el salón. Como estrategia opuesta, unos raíles incorporados en los techos conforman un proyecto textil de estancias temporales que encierran usos que requieren de un grado mayor de intimidad o aislamiento.

El edificio de viviendas de la calle Joan Margall 55, construido en los años 70 en Madrid, replicó el paradigma de distribución de la época, consiguiendo encajar dos dormitorios, un baño completo, un salón y una cocina en 40m2. Las habitaciones independientes cumplían estrictamente los mínimos funcionales necesarios, reduciendo el tamaño potencial de cada una de las estancias. La transformación propuesta se opone radicalmente a este principio, desmantelando las divisiones entre los espacios y disolviendo los límites de los usos asociados a cada uno de ellos. Un núcleo central integra todas las instalaciones de la casa, siendo el aseo el único elemento que puede ser aislado completamente. El resto de materiales, usos y habitaciones se combinan y contaminan entre sí, de modo que los inquilinos duermen en el baño o se duchan en el salón. Un azulejo blanco brillo marca simbólicamente los usos húmedos que están presentes en toda la vivienda, revistiendo completamente la pieza central y los suelos cercanos a ésta. Este tipo de azulejo, de estética sencilla y humilde, claramente atribuible a los espacios servidores, rompe esta barrera para revestir paramentos verticales y horizontales de las zonas más públicas de la vivienda. La modulación 10x10 obligó a modular todos los espacios asociados al núcleo central, de manera que cada uno de los azulejos empleados en este proyecto se hayan podido colocar completos (sin cortes). La obsesión por el módulo y la uniformidad llevó a alicatar los planos habitualmente revestidos con azulejo, sino también falsos techos y suelos colindantes, en clara referencia a la Maison de la Celle-SaintCloud de Jean-Pierre Raynaud. Como estrategia opuesta, unos raíles incorporados en los techos dibujan un espacio totalmente diferente. Un proyecto textil de estancias temporales que encierran usos complementarios o que requieren de un grado mayor de intimidad o aislamiento. De esta forma se puede generar una cápsula de estudio, independizar un dormitorio o esconder la cocina. Materialmente las cortinas que delimitan estos espacios responden a los usos que proponen cobijar, de manera que el dormitorio se envuelve en una cortina confeccionada con edredones, mientras que el estudio puede aislarse mediante a una cortina de fieltro plegado. Finalmente es la ocupación por parte de los habitantes y la constelación de objetos que se integran en estos espacios lo que genera la imagen resultante: una combinación de la uniformidad de la pieza cerámica y la imprevisibilidad del día a día.  

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VIII Edición 2020-2021 [Catalogada]