Cada pabellón forma la antítesis del contiguo. Son la horizontal y la vertical del lleno y vacio que a su vez, se refleja en sus comunicaciones horizontales y verticales. Las comunicaciones son siempre perimetrales y exteriores dando toda la importancia a las estancias. Interior y exterior se diluye, se confunde. Los dos pabellones se vuelcan hacia el lago. Esto hace que las paredes rompan su continuidad, se plieguen, se deslicen. Son edificios mínimos con amplios espacios.