El proyecto surge como la reivindicación de un espacio para los jóvenes. Un espacio para poder ver el mundo de posibilidades que tenemos delante, alejando la mirada de la situación actual de pesimismo y crisis.

Si bien la 'Boîte a miracles' de Le Corbusier o la 'Box of Dreams' de Campo Baeza proponen espacios en los que 'todo puede ocurrir', el Mirador Objetivo revierte esta situación, proponiendo que la 'caja de sueños' esté ahí fuera. Para entender esto hace falta acceder a un punto de vista objetivo, alejado.

Se proyecta un espacio infinito, imposible en el mundo real, con un programa igualmente imaginario, un Mirado Objetivo desde el cual, al mirar al mundo real, las cosas se ven como 'realmente son', alejados del pesimismo y motivando a quien entre en él. De ahí que la propuesta tenga por ubicación el punto más alto de cada ciudad en crisis en la que los jóvenes no tengan futuro.

Para materializar la propuesta se plantea un sistema constructivo sencillo a partir de los principios de tensegridad. Esto se debe a dos razones: por un lado la facilidad y economía constructiva, permitiendo que casi cualquiera lo pueda construir. Por otro lado, la de generar una imagen en la que la estructura parezca casi flotar, como si de un sueño se tratase.

A esta estructura inicial se le añaden dos espejos enfrentados, en suelo y techo, generando un espacio que se repita hasta el infinito. Así el interior del mirador será siempre infinito, como nuestros sueños, posibilidades y proyectos; por un lado por los reflejos de los espejos, por otro por el mundo entero, debajo del mirador, esperando a nuestros sueños.