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  • Sonia del Carmen Santana Santos

    Tender 2018
 Grant 2018   Mode: Academic transcript | Destination: Fundación Metrópoli | Internships: 12/2018 - 11/2019
Vivimos en un periodo de cambio. Cambios políticos, tecnológicos, concepciones sociales,etc; y de cambios individuales: cambio de ciudad, de piso, de línea, de vagón, compañeros de piso, que serán amigos, y, que como tú, vienen y van. Dentro de toda esta vorágine que experimentamos todos en nuestro día a día caí yo de manera radical en el momento en que conseguí la Beca Arquia 2018 con destino en la Fundación Metrópoli, en Madrid. Desde el momento que obtuve esta oportunidad, experimenté dos cambios de ciudad, cambio de idiomas, cuatro cambios de casa, dieciséis compañeros de piso diferentes en un año... Tras finalizar un periodo de prácticas en Lisboa, recogí mis bártulos y cogí un vuelo con destino en Madrid, aún asimilando mi corta estancia en ella. En un fin de semana, mi vida había cambiado radicalmente: nuevos compañeros de piso, todos, nuevamente, de distintas partes del mundo; nueva casa, aprender nueva ruta al trabajo, adaptación a los nuevos horarios y, por supuesto, cambiar nuevamente de ciudad. Generalmente como arquitectos tendemos a buscar un orden, una lógica que vaya más allá de lo aparentemente visible entre la amalgama de elementos que componen la ciudad; y miramos los distintos factores que la componen, bióticos y antrópicos, los flujos, la situación político-social, reservando un apartado para la parte intangible que constituye su paisaje. Así, comencé a buscar la lógica a ese gran nuevo sistema desconocido que era Madrid y a plantearme el papel que iba a jugar yo en él. Cuándo te mudas a una ciudad nueva, comienzas a analizar, comparas con modelos conocidos, con la teoría aprendida, la poca práctica adquirida y, sin embargo, Madrid tenía algo que se me escapaba. Tras muchas preguntas, dudas y conversaciones en el metro con mis compañeros; no paraba de preguntarme qué era: ¿será el cambio de escala?, ¿la ausencia del horizonte?, ¿y la cantidad de personas que la habitan?

“HORTUS CONCLUSUS” El jardín cerrado, aislado del exterior. En su origen medieval el hortus conclusus contenía un elemento sagrado representado por la Virgen, con el tiempo esta idea católica evoluciona hacia aspectos más laicos, como los jardines románticos, hasta espacios relacionados con la privacidad como vía de escape, al igual que ocurre con el concepto de cababon en el siglo XIX que se ha mantenido hasta nuestros días. Así se propone una arquitectura que adquiere la voluntad del muro que circunda el jardín.

Un muro es una constante donde la relación alto y ancho es desproporcionada, un espacio de poco espesor, como un túnel excavado. Un espacio habitado donde la relación entre la escala del individuo y su espacio personal aporta las dimensiones mínimas del mismo.

Un muro que, como parte de la necesidad de evasión, del proceso de introspección, de arquitectura introvertida que mira a sí misma; se muestra como un volumen exterior neutral que permite actuar en un lugar-no lugar, en un espacio indefinido, en cualquier parte del mundo. Una arquitectura que crea un lugar interior.

Sonia del Carmen Santana Santos

Arquitecto
E.T.S. A - Las Palmas - ULPGC
PALMAS (LAS) | SPAIN