El encargo consistía en la construcción de una vivienda unifamiliar aislada en planta baja para una familia de cuatro miembros, padres y dos hijos, en una parcela situada en la parte alta de una de las laderas que caen hacia el embalse de Cecebre y que había sido fruto de una reparcelación anterior.
Dada la particularidad de la parcela, elevada sobre el vial que da acceso a la misma, parecía interesante moldear el citado desnivel y resolver así el acceso tanto peatonal como rodado en una primera plataforma a nivel de la carretera.
Esto permitía generar una secuencia ascendente en el acercamiento peatonal a la vivienda a través del jardín, dejando la circulación rodada junto con el volumen del garaje en la parte delantera de la parcela y posicionando la vivienda en su parte alta.
Un patio abierto, protegido e íntimo al sur, será el germen sobre el que se revuelve y pivota la vivienda. Un patio de acceso pensado para la estancia, para las tardes de verano en sombra y para los mediodías soleados de invierno. Al oeste, un espacio abierto y cubierto, a modo de porche, funcionará como nexo de unión de la zona de día expuesta a poniente y el jardín posterior de la parcela. Vestíbulo de acceso, estar comedor y cocina formarán un mismo ámbito alrededor de dicho espacio, mientras que los dormitorios orientados al este, buscarán la luz de la mañana y las vistas lejanas del valle. El muro norte aparece perforado por pequeños orificios a los que se abren las piezas de servicio tales como baños, cuarto de instalaciones, lavadero-tendal y un estudio polivalente.
Desde el punto de vista constructivo, la vivienda se resuelve mediante muros de carga de termoarcilla sobre los que descansa una losa de hormigón armado que dibuja los diferentes pliegues a dos aguas de la cubierta.
El empleo de un material tan digno y cotidiano como la teja cerámica en las cubiertas y muros medianeros gallegos como protección frente a las inclemencias del tiempo nos llevó a pensar en una solución que permitiese resolver el juego de planos de cubierta y fachada con un mismo material.
Los muros están revestidos por una fachada ventilada de teja cerámica plana que dibuja una piel texturizada que se despliega desde la cubierta a los distintos planos de fachada, que se perfora y ahonda allí donde interesa en la búsqueda de permeabilidades visuales, luminosidad, intimidad y protección. En contraste con la piel cerámica el patio de la vivienda presenta un acabado de estuco flexible color grisáceo que ayuda a enmarcar el ámbito desde la plataforma de acceso.