Una vivienda entre medianeras de un pueblo de montaña. Larga y estrecha, dando a dos calle: sólo tienen luz y ventilación las piezas que están en fachada. Dadas las pequeñas dimensiones en planta la vivienda se desarrolló en altura, con hasta cinco niveles.

En este estado se empezó a trabajar. Abrir la casa a la luz, al aire y reorganizar su funcionamiento. El tejado, en un gesto natural en su entorno, se rompe y permite que la luz penetre desde arriba. A partir de ahí todo cambia en la casa. La luz se abre paso hacia el interior, dentro de una caja de resonancia. El blanco que inunda la casa rebotan la luz, la transmiten tomando los distintos matices de la iluminación que reciben, acentuados por el contraste entre las curvas paredes medianeras y los rectos tabiques. Dentro de la casa se ha creado un mundo con vida propia y un tiempo paralelo al ciclo solar… En sentido contrario al de la luz sube la escalera, aspirando llegar a la luz. En su ascensión se aligera, incluso de las paredes que la constreñían. La sala de la planta segunda es el testimonio de todo lo que allí acontece. Es una sala interior. Es, de hecho, el patio, sobre el cual vuelcan todas las comunicaciones horizontales y verticales, lugar privilegiado de estar y pulmón espacial de la casa que recibe esa misteriosa luz cenital.

Por el exterior la casa es como un cofre, consciente del tesoro que alberga en su interior. Los muros macizos y gruesos confirman esta apariencia. Los porticones de madera, una vez cerrados, lo corroboran, dando ese aspecto hermético, interrogándonos sobre qué es lo que habrá en su interior.  Pero es un secreto que se descubre gradualmente tras pasar por sus espacios interiores.

El programa obligaba a mantener una serie de estancias totalmente independientes y otras que permitían una mayor relación espacial para la vida familiar. Esto nos permitió generar una multitud de rincones y espacios de menor entidad, pero no de menor intensidad. Un “pedrís”, una terraza inesperada, el bajo de la escalera, la bodega, un mirador... Paralelamente la actuación debía respetar al máximo las estancias preexistentes. Funcionalmente la reforma ha consistido en cambiar de lugar la escalera que comunicaba los pisos superiores, ya que estaba justamente en fachada para llevarla al interior, y habilitar las dos últimas plantas colocando los dormitorios y estudio en fachada, dotarlas de baños...