[M E M O R I A ] En el momento en el que se recibió en encargo, el entorno de la Glorieta de Cuatro Caminos, presentaba un ambiente tendente al colapso circulatorio. …12 líneas de autobuses urbanos… …3 líneas de metro… …Cerca de medio millón de usuarios diarios… Sin embargo, ninguna infraestructura había sido construida para facilitar el intercambio de medios de transporte. A pocos metros de la citada glorieta, un solar de más de 36.500 m2, generaba un vacío urbano respecto al consolidad entorno. Nuestro cliente, un conjunto de empresas liderado por el Consorcio de Transportes de Madrid, propietaria del suelo, nos confió un doble objetivo: -Resolver la interconexión de los medios de transporte en el seno del solar. -Generar un edificio capaz de llenar ese vacío urbano y, de sufragar, también en parte, la inversión hecha en infraestructura, que vendría a agilizar ese entorno urbano y el funcionamiento de toda la ciudad. Por la escala del encargo, decidimos que fuera la propia ciudad, la que generara el programa y configuración del edificio. Pero edificios cuyo tamaño excede ciertos límites, pasan a ser, por su gran peso perceptivo y programático, objetos cuyo diseño no se deja gobernar por las operaciones arquitectónicas tradicionales. La frontera entre edificio y ciudad se vuelve borrosa. Actuamos de la siguiente manera: -Analizamos la composición urbana del distrito en el que se encuentra el solar. -Se comparó con lo prescrito en la Ley del Suelo y otros estándares. - De la diferencia, en primera estancia literal, entre ambos planteamientos, obtuvimos un esquema programático capaz de complementar esta parte de la ciudad existente. Una vez ordenadas las entidades programáticas obtenidas, cuidamos que la expresión exterior de la propuesta, más que reflejarse como un sumatorio de certezas u obviedades (gracias a un vidrio laminado investigado específicamente para este proyecto), trasluciera como... ...una sucesión de matices.... ...una colección de misterios velados.