La arquitectura del espacio de exposición que la empresa Alumafel se reservaba para la feria VETECO 2008 se encargó a Pedro García Martínez como arquitecto ganador de la correspondiente edición y categoría de los premios VETECO-ASEFAVE 2006. La consigna principal que guió el proceso del proyecto fue la de generar un espacio llamativo, inédito, atractivo, y agradable tanto para los visitantes de la feria como para el personal de la empresa, cuya presencia se requería en el stand. Igualmente, en este espacio, se debería dejar sentir la materia prima con la que trabaja Alumafel, el aluminio.
Una reflexión sobre el papel del aluminio en la arquitectura hace subrayar tres de sus características esenciales: la ligereza; la precisión a lo largo de todas las fases del proceso productivo y la luminosidad asociada a la transparencia que, en este caso, emana de su empleo para la fabricación de ventanas y superficies acristaladas. Pensamos que sería interesante traducir estas premisas, estas cualidades del aluminio, al stand de ALUMAFEL para esta edición de VETECO.
Por otra parte, se fijó como objetivo conseguir ámbito reservado para que Alumafel respirase con personalidad propia dentro de la mar de fondo que seguramente establecerían el resto de stands del pabellón ferial. Pero que a la vez conservase la máxima permeabilidad hacia su interior, permeabilidad tanto visual como de acceso, sería como conseguir que los límites materiales del stand se emborronaran, se volvieran difusos mezclándose y disolviéndose y hasta absorbiendo los espacios de circulación en los que se estructura el pabellón ferial que aloja el stand.
La respuesta que se dio a tales requerimientos se planteó desde la sencillez, sencillez que aliada al control de la geometría podría a la vez alimentar la espectacularidad, personalidad y carácter demandados por esta arquitectura.
Así 1933 cilindros de aluminio, 4523 metros de hilo metálico, más de 1720 kilogramos del metal extruido producido en las plantas de ALUMAFEL descienden desde el techo del pabellón 4 de IFEMA aconsejando al vacío, consiguiendo que éste se curve y tome forma, convirtiéndolo en un espacio pulsante donde lo opaco se vuelve transparente para mostrar los principales protagonistas del mismo, los artículos y novedades expuestos.
El aire captura la esencia del aluminio, envuelve sus reflejos plateados, construye para él y con él, levedad, geometría, transparencia, un volumen que no ocupa espacio.
Piezas cilíndricas idénticas, más livianas que el aire imponen su ligereza flotando a diversas alturas milimétricamente establecidas.
Una superficie virtual se intuye y es generada por el envolvente rigor geométrico con el que se posicionan sobre el aire estos cilindros plateados, el control de la posición de estos tubos se ejerce desde procedimientos específicamente desarrollados para este proyecto, y permite generar una masa que se eleva hasta gran altura más para anunciar su presencia en los distintos puntos del pabellón y luego desciende de forma continua y suave hasta poder ser tocada por el visitante, acompañándolo en su visita, sugiriéndole el recorrido de la misma.
Sin embargo, esta superficie se difumina cuando nos acercamos a ella, la discontinuidad disfrazada de transparencia provoca, con el movimiento del observador, que la masa de la envolvente de aluminio se desmaterialice, pudiendo ver a través de un elemento que recordábamos opaco. Así se establece una continuidad visual entre el espacio interior y exterior del stand, confundiéndolos y difuminando uno sobre otro, lo que hace que nos adentremos en el área de exposición de forma casi inconsciente, atraídos por su atmósfera luminosa que invita a contemplar los artículos expuestos.
Además de la continuidad exterior interior, el hacer descender la masa de tubos del techo del pabellón ferial facilita liberar el suelo del área expositiva maximizando también el área por la que se puede circular, estableciéndose múltiples trayectorias polarizadas por los elementos expuestos que son divisados claramente desde múltiples puntos de vista.
A la vez una batalla se libra de fondo, la arquitectura de este espacio, busca apoyada en sus principales características conseguir vencer su inevitable naturaleza efímera y hacer perdurar su experiencia en la memoria de aquellos que lo vieron.
Aunque en el proceso del proyecto se ha huido de la metáfora como argumento o apoyo en su desarrollo, somos conscientes de que ésta, disfrazada de la multiplicidad de interpretaciones que caracteriza las manifestaciones espaciales contemporáneas, perseguirá a los visitantes de VETECO 2008 atrayéndolos hacia el espacio generado para ALUMAFEL como la melodía de las sirenas atraía a los aqueos.