Sin duda, el diseño de los nuevos espacios debía representar los valores que habitualmente se asocian al ciclismo profesional y, en particular, al equipo Movistar. Pero, junto a los valores intrínsecos al deporte y a la idea del trabajo en equipo, que tan bien personifica esta escuadra, era fundamental simbolizar también otras cuestiones; como la alta tecnología con la cual equipan sus bicicletas; el detalle casi artesanal con la que trabajan su maquinaria; o la clara apuesta por la sostenibilidad en toda la actividad reciente del equipo.
Además, y casi por encima de todo lo anterior, se antojaba sustancial representar aquello que, a nivel formal o visual, nos sugiere a todos el ciclismo de alto nivel: el dinamismo y las formas curvilíneas de las propias bicicletas o de las sinuosas carreteras que recorren los corredores.
Todo ello condensó en una propuesta espacial que se conforma con líneas oblicuas y orgánicas, sinuosas si cabe. En concreto, unos paramentos de madera de Maple -cuyas esquinas se ejecutan con piezas cuidadosamente curvadas- configuran el espacio central de trabajo. Tras estos paramentos, y conectados mediante puertas de vidrio con marcos casi invisibles, quedan las oficinas de los altos cargos y una gran sala de reuniones. También, en este caso tras una puerta más discreta acabada en maple, se encuentran los aseos y el office.
Las orientaciones de los distintos espacios se calibraron cuidadosamente. De este modo, todo el espacio central de trabajo y los despachos de los altos cargos, quedan orientados hacia las vistas del paisaje; y hacia el norte, cuya luz se antoja más adecuada para trabajar. Sin embargo, el vestíbulo, el office, y la sala de reuniones, quedan orientadas hacia el interior de la nave, a través de la cual reciben además luz natural. Por ende, tanto la sala de reuniones, como el vestíbulo, disponen de grandes ventanales que permiten observar -especialmente a los visitantes- toda la actividad y el movimiento de la nave; donde continuamente entran y salen los vehículos del equipo, las bicicletas, los mecánicos, etc.
A fin de cuentas, el protagonista de la intervención es el citado espacio central, que resulta ser un espacio en calma -gracias en buena medida a la presencia cálida de la madera y la suavidad de las curvas-, y al mismo tiempo un entorno activo y dinámico -gracias también al efecto de las geometrías orgánicas-. Las superficies de madera, además, descienden a través de la escalera para “buscar” al visitante, que llega a través de un vestíbulo de mármol blanco. Aún más, la misión de las citadas superficies de madera no es sólo dar forma al espacio y configurar la subida al mismo por las escaleras; sino que, igualmente, funciona como lienzo para “colgar” en él bicicletas emblemáticas de la historia del equipo. Allí quedan, visibles desde muchos puntos, la histórica bicicleta de Miguel Induráin o la bicicleta de campeón del Mundo de Alejandro Valverde.
El resto de los materiales complementan el espacio sin robar protagonismo a la madera de maple. Así, aparece el hormigón visto de la estructura; el suelo continuo de Bolon en color gris azulado; el acero inoxidable en numerosos detalles -como repisas, fosas, canales, o la puerta de acceso; y, finalmente, el mármol blanco que recibe en el acceso al visitante y lo conduce hasta la entrada de las oficinas, a través de la escalera.
No menos importante resulta la integración radical de las instalaciones en la configuración del espacio. Éstas, potentes y bastante complejas, quedan ocultas a través de ingeniosos mecanismos que hacen invisibles o casi imperceptibles las rejillas u otros elementos. Del mismo modo, la iluminación se ha diseñado y cuidado con idéntico tiento, pero con la intención casi opuesta: se emplea una iluminación altamente técnica, y con gran fuerza estética, que deliberadamente queda expuesta, tratando de simbolizar así la vertiente más tecnológica de la actividad del equipo. En concreto, la nueva colección BLADE R de Iguzzini es la protagonista, presente en el centro del espacio y en los despachos.
Finalmente, el mobiliario, cuidadosamente elegido, complementa las cualidades del espacio. Sin caer en estridencias ni exageraciones, se recurre a una sillería cuyas formas y colores concuerdan perfectamente con el ambiente de la oficina. En concreto, toda la zona central se equipa con las sillas Allstar de VITRA, en distintos colores verdes y azulados. Las formas curvas de estas sillas se asocian perfectamente con las formas de las bicicletas; los reposabrazos, de hecho, casi parecen manillares negros amontonados en el pelotón. En los despachos y en las salas de reunión se recurre, en cambio, a piezas algo menos dinámicas, pero quizá más elegantes, como son las ID chair de y las AC5, también de VITRA, terminadas en grises y azules. Las mesas muy ligeras y discretas son el modelo CELL de Dynamobel; y los armarios, de CIQUANTA3, también discretos, aportan la nota final con sus colores cremas y agrisados.