“La historia oculta de la arquitectura española en China”.
En conmemoración por la muerte de Abelardo Lafuente hace 80 años en la ciudad, Polifactory organizó y diseñó una exposición en el Bund de Shanghái acerca de su legado.
La exposición estaba basada en la investigación hecha por el arquitecto español Álvaro Leonardo, director de Polifactory, sobre Abelardo Lafuente (1871-1931), el primer arquitecto español en China, que introdujo el estilo morisco en Shanghái, y que fue el responsable del diseño de algunas de las más lujosas salas de baile de toda Asia entre otros muchos edificios relevantes de la ciudad.
La exposición se inauguró en la zona con más historia de la ciudad, el Bund, y concretamente dentro del edificio South Bund 22. Este espacio fue desde un lugar de almacenaje durante el periodo de la Concesión Francesa, a una fábrica durante los primeros años del PCC, y el edificio está siendo actualmente rehabilitado en diferentes fases para alojar establecimientos de lujo.
Para esta exposición temporal los arquitectos decidieron usar la única sala con vistas al Bund y que aún no había sido rehabilitada. Pedazos originales del espacio quedaban vistos durante la exposición como ayudando al visitante a recordar el pasado de ese lugar, estableciendo un diálogo entre ambos, no sólo estético sino además en términos temporales y sociales.
Lo más significativo de la exposición para los visitantes fue la forma en la que se presentaron los hallazgos hechos durante la investigación; impresos en las caras internas de tres lámparas de gran escala y fácil acceso, los tres elementos organizaban y definían el espacio a la vez que flotaban dentro del mismo.
El concepto estaba basado en el uso de un elemento típico de la vida cotidiana china: las lámparas de papel. Las lámparas que simbolizaban China, fueron proyectadas de manera que la información tenía que ser descubierta por los visitantes, poco a poco y a modo de hallazgo personal. Las tres lámparas eran de forma cuadrada, y en cada uno de sus lados ofrecían una información diferente pero complementaria, que provocaba que en cada uno de los tres espacios de diferentes dimensiones, se descubriera una parte del pasado del arquitecto. Cada lámpara presentaba una parte del trabajo, vida y legado de Abelardo Lafuente, mientras que a la vez daban al lugar una suave luz que guiaba a los visitantes e iluminaba sutilmente el espacio fabril en el que se encontraban.
La exposición estuvo abierta durante una semana en el Bund y será expuesta en otros lugares de Shanghái siempre de manera temporal, y eventualmente en España.