Gran parte de la crítica no ha reconocido el valor de lo transitivo y continuo en la arquitectura de Alvar Aalto y la ha interpretado a partir de un orden donde las diferentes piezas de un edificio o un espacio urbano se presentan por separado, sin una estructura común que las unifique. Según este discurso, las diferentes partes y elementos de sus edificios se relacionan por pura contigüidad, sin inflexiones ni articulaciones. O lo que es lo mismo, se dejan de valorar los espacios de transición y recorrido como ámbitos importantes de las propuestas.
Esta investigación, en cambio, pretende mostrar cómo uno de los aspectos básicos de la arquitectura de Alvar Aalto es la manera en la que se produce, controla y pauta el recorrido de los usuarios, aquellos a los que denomina, en tono paternalista, pienelle ihmiselle (hombre de la calle). Son esos “hombres de la calle” el motivo por el cual la estratégica colocación de los edificios en sus conjuntos urbanos responde, entre otras cuestiones, a disposiciones que marcan y potencian los itinerarios hacia y a través de ellos. De la misma manera, los sinuosos y generosos vestíbulos, y las tendidas y ergonómicas escaleras tienen como objetivo modelar, como si de un material blando se tratase, el movimiento de los usuarios al atravesar sus espacios y “acariciar” todos aquellos elementos y materiales que los caracterizan, como pavimentos, barandillas y pomos.
Uno se mueve y se orienta con naturalidad entre las diferentes edificaciones que componen, por ejemplo, los conjuntos universitarios de Otaniemi y Jyväskylä. En ellos podemos encontrar vestíbulos que atraviesan las plantas bajas y potencian las circulaciones, no sólo interiores, sino también entre los ámbitos exteriores definidos por los propios volúmenes. También es fácil adivinar la importancia de las áreas de circulación en la definición de los espacios interiores de edificios públicos como el Museo de Aalborg o la Ópera de Essen. En ellos las áreas de recepción y movimiento acaban estructurándolos hasta el punto que compiten en superficie con los usos museísticos y de representación, respectivamente.
En conclusión, a lo largo de este trabajo se intenta mostrar cómo, a pesar de que Aalto no se sirva de férreas estructuras portantes o formales, los diferentes ámbitos de sus propuestas no se limitan a la simple yuxtaposición o acumulación, sino que persiguen continuidades en los movimientos y las rutas de los usuarios. Los elementos que encauzan y articulan los itinerarios desde el exterior hasta el núcleo mismo de las propuestas se consideran, entonces, desde una premeditada propuesta de vivencia de los espacios. En definitiva, en esta tesis se trata el tema del recorrido como un ingrediente esencial en la percepción y organización del espacio en la obra de Alvar Aalto.